El láser como aliado en pacientes con reflejo nauseoso

Nota clínica · Modo Láser Formación

Estimado colega,

Ayer tuve una consulta que me hizo reflexionar sobre uno de esos casos que todos hemos vivido. Una paciente de 45 años llegó derivada por su dentista general porque era “imposible” trabajar con ella. El reflejo nauseoso era tan severo que apenas al apoyar el espejo bucal comenzaba con arcadas violentas.

¿Cuántas veces nos hemos encontrado en esta situación? Pacientes que necesitan tratamiento pero cuyo reflejo nauseoso convierte cada consulta en una batalla perdida. Tradicionalmente, intentábamos con anestésicos tópicos en paladar blando, técnicas de relajación, incluso medicación preanestésica. Pero seamos honestos entre colegas: los resultados eran impredecibles y el proceso, agotador tanto para nosotros como para el paciente.

Con esta señora recordé algo que a veces pasa desapercibido en nuestra práctica diaria. Llevo años trabajando con láser, pero no siempre recuerdo todos los beneficios que esta tecnología nos ofrece. En este caso particular, decidí aplicar láser de baja intensidad para inhibir el reflejo nauseoso mediante estimulación de puntos específicos.

Le expliqué brevemente el procedimiento y apliqué el láser en la base de la nariz por dos minutos. El resultado me sorprendió: la paciente no solo toleró perfectamente el espejo bucal, sino que pude completar todo el examen clínico y realizar las impresiones necesarias sin una sola arcada.

Ella misma no podía creerlo: “Doctor, es la primera vez en mi memoria que no tengo náuseas en el dentista”.

La incorporación del láser en nuestra especialidad ha revolucionado estos casos que antes considerábamos “difíciles” o directamente “imposibles”. La estimulación láser de puntos específicos logra una inhibición inmediata del reflejo, sin efectos secundarios, sin medicación adicional y con una duración que abarca todo el tratamiento.

Reflexionando sobre esto, me doy cuenta de que tenemos una herramienta que nos da seguridad absoluta en el procedimiento. Ya no hay que preocuparse por interrupciones inesperadas o por la ansiedad de saber si el paciente tolerará el tratamiento. Y para nuestros pacientes, significa la diferencia entre poder recibir atención odontológica digna o seguir postergando su salud bucal.

¿Ha tenido experiencias similares con el reflejo nauseoso? Me interesaría conocer su perspectiva sobre estas situaciones clínicas.

Un saludo cordial,
José Luis Ballenas